Dime.
Dime qué estás haciendo.
Explícame por qué juegas
conmigo.
Dímelo porque no lo entiendo y quiero hacerlo.
¿Por qué no puedes dejarme tranquila?
No puedes centrarte en una cosa, tenían que ser
dos.
Tú y
tu maldito egoísmo.
Tú que eres
yo,
yo que soy
tú.
Vale. Está bien.
Dejo de hablar
conmigo misma.
Y me contentaba con haber
te encontrado.
Sabía que no podía tocar
te, sabía que no podía besar
te, pero ahí me quedaba, contemplando tus palabras, palabras que me dedicabas y me dedicas, y con eso me conformaba, con tenerte a mi lado.
Ahora tengo la confianza de hablar
te en segunda persona,
como si me fueras a leer.
Como si de repente, sin decirte nada, te fueses a plantar aquí, y a leer esto,
esto que me muero por que leas,
que me muero por
decirte que te quiero.
Que
te deseo, que
te pienso cada segundo, que
te abrazo, que
te beso,
te beso cada noche, cada minuto, en mis sueños y en mis pensamientos,
te beso cada vez que hablo contigo,
te beso...
te beso
y
te beso.
Mucho. Y siempre quiero más.
Y el problema no es que no haya más.
El problema es que no hay.
Nunca hay.
Y vivía feliz hasta que me dí cuenta. Me dí cuenta que haber
te encontrado no era suficiente. No era suficiente leer
tus palabras. No era suficiente quedar
dos veces, verte
sólo dos,
tres o
cuatro veces. No me es suficiente conformarme, no me es suficiente abrazar
te si no es intensamente, no me es suficiente nada. Pero no lo quería ver.
Y ahora, al darme cuenta de eso que no quería ver,
puedo ser poeta.
Puedo serlo porque voy a decirte que
desearía no ser yo.
Desearía ser la
brisa que
te acaricia, porque al menos ella
te toca, como ella me aferraría a
tu cuerpo, como ella
me envolvería en tu aroma.
Ahora incluso podría desear ser polvo, ese que levantan
tus pasos al caminar, desearía no la
luz de la luna, no la
luz de las farolas,
preferiría ser la
luz de tu televisión, quizás la de tu habitación,
desearía ser
tu cama, la sábana que
te atrapa,
quiero ser tu
almohada,
quiero serlo porque sé que si pudiera
te amaría...
Porque sé que si pudiera...
Te besaría.